Cofidis se está salvando de la crisis, a juzgar por los resultados que ha presentado referentes al año 2010, según los cuáles facturó un 15% más que el año anterior en cuestión de créditos rápidos, su principal producto financiero, y que le colocan como uno de los líderes de referencia del sector.
En un momento en el que casi todas las empresas de intermediación financiera se han ido a la bancarrota como consecuencia de la crisis y de las elevadas tasas de morosidad, Cofidis demuestra que una buena ejecución del trabajo y un servicio de calidad son esenciales para mantenerse en la pomada.
Porque los créditos rápidos siguen siendo demandados por la sociedad, a pesar de toda la información negativa que han venido recibiendo en los últimos meses, porque son la mejor solución para momentos de crisis coyuntural ya que aportan una inyección de liquidez fundamental para poder salir del paso.
Sin embargo, todavía hay bastante ignorancia, no sólo ya con los productos financieros de Cofidis, sino con la composición en general de los préstamos rápidos provenientes de cualquier empresa, ya que se desconoce los elevados tipos de interés que vienen cobrando y las condiciones tan restrictivas que imponen.
Y es que los créditos rápidos, que son una fórmula fantástica para poder salir de un momento de apuro, se pueden convertir en un pozo sin fondo si no se utilizan con inteligencia económica y siempre conociendo las limitaciones de la economía familiar.
Así, en un ejercicio de reflexión lógica y de sentido común, Cofidis puede aportar soluciones a crisis puntuales, pero nunca puede ser la huida hacia adelante ante una situación de falta de ingresos, la cuál es insostenible a todas luces y no puede ser parcheada con esta solución.
En definitiva, los excelentes datos de Cofidids en el año 2010 vienen a refrendar la necesidad que existe de una empresa de este tipo en la economía de hoy en día, aunque ello no implica que se deba de recurrir a sus productos financieros de una manera abusiva, porque, en ese caso, las consecuencias sobrevenidas pueden convertirse en catastróficas para la economía familiar.
Deja una respuesta