Se suele identificar el Euribor con los préstamos hipotecarios, pero lo cierto es que los préstamos personales también se ven influenciados por el indicador de referencia, ya que el Euribor determina el tipo de interés al que se prestan dinero los bancos entre sí, por lo que determina el tipo de interés que cobran luego los bancos a sus clientes.
Por ello, no son buenas noticias para nadie, ni para los titulares de préstamos hipotecarios ni para los titulares de préstamos personales, el hecho de que el Euribor se encuentre en una escalada que no parece tener fin, acercándose ya peligrosamente al 2%, valor que alcanzará, casi con toda seguridad, en el mes de abril.
Este crecimiento sostenido viene determinado por varios factores, principalmente por la inestabilidad del mercado financiero internacional y por las crisis permanentes de los países del Norte de África. Estas situaciones están provocando una enorme expectativa de inflación, la cuál ha provocado la reacción del Banco Central Europeo.
Una reacción que se centrara, como era de esperar, en una subida de los tipos de interés (ahora en el 1%), en las próximas semanas. Una subida que afectará al alza al Euribor, incrementando, aún más, la subida del indicador y, por tanto, el encarecimiento de los préstamos personales y de los préstamos hipotecarios.
Si a ello le añadimos el hecho de que las entidades financieras no se encuentran por la labor de conceder préstamos, sino que prefieren recibir liquidez en forma de depósitos, nos encontramos con un escenario complejo y de gran dificultad para las familias y las pequeñas empresas a la hora de obtener financiación para sus gastos de consumo o sus inversiones.
Todo apunta, sin embargo, a que después del verano, una vez que la economía comience a recuperarse de manera efectiva, las entidades financieras conseguirán superar la crisis de sus balances y podrán comenzar a funcionar de manera normal, concediendo créditos de manera habitual.
Pero hasta que ese momento llegue, los préstamos, tanto personales como hipotecarios, seguirán siendo escasos y caros, dificultando el flujo rutinario de la economía y complicando las decisiones a medio-largo plazo.
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