En un período inferior a un año, desde junio de 2010 hasta marzo de 2011, el tipo de interés medio de los préstamos privados a empresas y familias, se incrementó entre 0,55 y 1,50 puntos porcentuales, según se desprende del informe anual del Banco de España, presentado esta misma semana.
El máximo organismo de supervisión financiera español achaca este incremento a las tensiones de deuda pública que están incrementando la prima de riesgo de la deuda soberana española de manera sistemática, y dificultando las opciones de obtención de liquidez en los mercados internacionales de las entidades financieras españolas.
España es víctima de la falta de confianza de los inversores internacionales, como consecuencia de los rescates infructuosos de Grecia, Portugal e Irlanda, que están poniendo en jaque a todos los países miembros de la zona Euro, penalizando el prestigio internacional de sus finanzas.
Por otro lado, y según certifica el propio Banco de España, esta tensión de deuda pública está, también detrás del inicio de la guerra del pasivo. Al no poder encontrar financiación en los mercados mayoristas, las entidades financieras se han visto en la obligación de recurrir a los mercados minoristas, a conseguir liquidez de los pequeños ahorradores a través de los depósitos bancarios.
Ello ha provocado que la rentabilidad de este producto financiero, tradicionalmente penalizador de la rentabilidad en favor de la seguridad, se hayan disparado en los últimos meses, obligando al Gobierno a legislar sobre el asunto, incrementando la aportación al Fondo de Garantía de Depósitos de todas las entidades que excedieran el tipo de interés recomendable, desde una perspectiva de solvencia en el largo plazo.
Esta dificultad de liquidez de las entidades financieras españolas es, precisamente, la que está detrás del incremento de los tipos de interés, ya que necesitan incrementar sus márgenes para poder afrontar el encarecimiento de su propia financiación, en un bucle infinito del que parece no haber salida.
El Banco de España, a su vez, ha aprobado las medidas tomadas por el Gobierno en cuanto a la reestructuración de las Cajas y limitación de la guerra del pasivo, que estaba provocando fuertes inestabilidades en el mercado, con graves posibilidades de tensiones más graves en el medio plazo.
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