Durante unos meses, un estafador en Valencia usurpó la personalidad jurídica de otro ciudadano para estafar a una serie de entidades financieras un total de 150.000 euros, mediante la solicitud de préstamos personales, tarjetas de crédito, e, incluso, la financiación de la compra de un vehículo, concretamente, un Seat Ibiza.
El modus operandi del estafador fue relativamente sencillo. Acudió a la comisaría a denunciar el robo de toda su documentación, solicitando un duplicado de los mismos. Utilizó su propia fotografía pero la información que aparecería en los documentos era la de otra persona.
Una vez obtenidos todos los duplicados, el estafador comenzó a solicitar préstamos personales en diferentes entidades, a sabiendas de que no cumpliría con las obligaciones del pago de las cuotas, así como la concesión de tarjetas de crédito, que utilizaría a buen ritmo.
Durante este proceso, y de manera similar, adquirió un vehículo Seat Ibiza, con una financiación obtenida con su nueva documentación falsa. La única entidad que le denegó un préstamo fue Unicaja, que sospechó de la posibilidad de fraude por la gran cantidad de operaciones financieras que aparecían a nombre de esta misma persona.
Los hechos se remontan al año 2007, pero ha sido ahora cuando la Audiencia Provincial de Valencia ha dictado sentencia, condenando al acusado a tres años y medio de prisión, a pagar una multa de 4.800 euros y a devolver todo el dinero solicitado, así como los intereses que se puedan haber generado durante el tiempo de vigencia de los préstamos.
Este hecho vuelve a poner la atención en la debilidad de los filtros aplicados por las entidades financieras a la hora de aprobar operaciones de crédito. En un principio, se podría pensar que se trata de unos filtros potentes que evitarían este tipo de situaciones, pero los hechos, una vez más, vuelven a demostrar que eso no es así.
Las entidades financieras afectadas recibirán todo el dinero prestado de manera fraudulenta, y el verdadero propietario de la identidad no tendrá que hacerse cargo de ninguna carga financiera, pero nos encontramos con una situación de incertidumbre financiera evidente en la que no sabemos a lo que atenernos.
Deja una respuesta