El Instituto Nacional de Estadística ha echado por tierra la argumentación de las entidades financieras que seguían defendiendo la falta de crédito en el sistema económico español bajo la tesis de que no había demanda para ello, pero ahora hemos sabido que la banca rechaza el 25% de los préstamos a PYMES.
De hecho, la demanda de financiación, bien a través de préstamos o créditos, se ha incrementado en un 1,7% desde el año 2007, es decir, desde el comienzo de la crisis económica, lo cuál pone de manifiesto que no es un problema de demanda, sino de oferta.
Bien es cierto, sin embargo, que la banca justifica este rechazo del 25% de los préstamos a PYMES en la falta de solvencia de estas empresas, por lo que pueden constituir demanda, pero, en ningún caso, demanda efectiva, con posibilidad real de proceder a la devolución de los préstamos recibidos.
A pesar de este rechazo tan importante, más del 60% de las PYMES considera que en los próximos dos años volverá a acudir a los bancos como fuente de financiación primaria para sus proyectos empresariales y para la obtención de la liquidez necesaria para gestionar su día a día.
Pero este rechazo del crédito pone de manifiesto dos cuestiones fundamentales que están lastrando a la economía española en su conjunto. Por un lado, se comprueba que las pequeñas y medianas empresas no están encontrando la financiación que todo proyecto empresarial necesitan, tanto para el mantenimiento como para la circunstancial ampliación.
Y, por otro, se comprueba que las entidades financieras están endureciendo los requisitos de solvencia que exigen a sus clientes para la concesión de créditos, ante la tesitura de un panorama económico desolador, con cada vez más empresas cerrando sus puertas por la falta de negocio y la acumulación de deudas, especialmente, con las administraciones públicas.
El hecho más importante, es que una situación en la que la banca rechaza el 25% de los préstamos a PYMES no es sostenible, en tanto en cuanto el crédito es fundamental para el correcto funcionamiento de la economía en su conjunto, independientemente de la escala a la que se esté produciendo.
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