Buenas noticias las que nos ha ofrecido el Instituto de Crédito Oficial esta semana con la publicación del índice de confianza del consumidor en este pasado mes de febrero, ya que arroja un crecimiento, por segundo mes consecutivo, alcanzando unas cifras que no se alcanzaban desde el pasado mes de agosto.
Concretamente, el índice de confianza del consumidor del mes de febrero quedó fijado en 73.4 puntos, es decir, 2.7 puntos por encima del mes de enero, un valor que hace afrontar el futuro con cierto optimismo habida cuenta de otros factores macroeconómicos que también están arrojando valores positivos.
Y es que la confianza del consumidor es un parámetro fundamental para iniciar la recuperación económica. Gracias a ella, los ciudadanos tienen la confianza necesaria para solicitar préstamos, para consumir, para gastar dinero, porque prevén que en el futuro la situación estará mejor de lo que está en estos momentos.
El consumo, a todos los niveles, y el movimiento financiero a través de préstamos personales al consumo son elementos fundamentales de la economía de consumo en la que está organizada nuestra sociedad, y un consumo latente, o inexistente, provoca la caída ineludible de la economía.
Por otro lado, esta mejora en el índice de confianza del consumidor nos viene a confirmar que este año 2011 se presenta con un tono mucho más positivo que los años que acabamos de dejar atrás. Si no se producen inestabilidades externas, como podría ser una crisis del petróleo por la situación en los países del norte de África y de Oriente próximo, la economía debería de tender hacia el crecimiento.
Y con ese crecimiento se generará una todavía mayor confianza del consumidor, se solicitarán más préstamos personales y, en general, se dinamizará toda la economía, porque este proceso económica es de suma positiva, en la que unos sectores se retroalimentan con otros.
No hay que lanzar las campanas al vuelo, no obstante, porque la situación de Libia, y los posibles contagios que se puedan producir, es lo suficientemente compleja como para mostrarse cautos a la hora de realizar juicios de valor sobre la situación que se nos puede presentar de aquí a final de año.
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