A pesar de que algunos políticos quieren ofrecernos una perspectiva positiva de la situación económica que estamos viviendo en estos momentos, la realidad es que si echamos un vistazo a la situación financiera del país sacamos la conclusión de que todavía no hemos iniciado la senda alcista, siendo el principal ejemplo el hecho de que los préstamos personales terminaron 2010 en negativo.
Si bien en los últimos meses del año se produjo cierta recuperación del crédito, con respecto a los meses anteriores, la realidad es que si lo analizamos en términos interanuales comprobamos claramente que los préstamos personales terminaron 2010 en negativo, contradiciendo todas las perspectivas de recuperación.
Y es que las entidades financieras siguen apostando por la ausencia de crédito, tanto a familias como a empresas, como una medida de recuperación de sus balances y evitar la morosidad que sigue manteniéndose en cifras demasiado elevadas para la tranquilidad económica de bancos y cajas, lo que justificaría el hecho de que los préstamos personales terminaron 2010 en negativo.
Con la llegada del nuevo año, los expertos prevén cierta recuperación económica a todos los niveles, para lo cuál se debe de empezar por el fluir del crédito, esencial en nuestra economía que está montada entorno a la financiación para poder invertir o consumir.
Está claro que hasta que los préstamos personales no empiecen a recuperarse de manera adecuada, la economía seguirá empantanada en una situación de complicada resolución y sin que se prevea recuperación económica a corto plazo, como empiezan a vaticinar algunos analistas políticos.
Para promover esta recuperación es esencial que el Gobierno siga creando un clima de estabilidad esencial para los inversores, tanto nacionales como internacionales, de forma que la situación económica torne hacia la normalidad que vivíamos antes de la crisis, y que el estallido de ésta sucumbió hasta sus últimas consecuencias.
El hecho de que los préstamos personales terminaran 2010 en negativo es una clara muestra de que hasta ahora no estamos, ni de lejos, en la situación positiva que deberíamos, y más si pensamos que 2009 ya fue un año de crisis y de ausencia de crédito.
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