Según el «Barómetro Anual de las Tarjetas en España 2010», llevado a cabo para Mastercard por la consultora FRS Inmark, el número de españoles que tienen tarjeta de crédito o débito en España se ha reducido en un 2.5% con respecto a la misma cifra del año pasado.
Además, la inmensa mayoría de los poseedores de tarjeta de crédito, concretamente cuatro de cada cinco, nunca la utilizan para aplazar sus pagos, sino que prefieren pagar todo al instante, bien en efectivo, o bien a través de su tarjeta de débito.
De hecho, el 78.5% de los poseedores de tarjeta de crédito y débito declaran en el estudio que prefieren realizar sus compras con la segunda, debido a la ventaja de su inmediatez y las no sorpresas posteriores cuando llega la factura de la tarjeta de crédito a final de mes.
En este sentido, la utilización de las tarjetas de crédito para pagar las compras en comercios ha sufrido un decremento del 3.9% con respecto al año anterior, lo que demuestra que con el azote de la crisis los ciudadanos están prefiriendo la certeza del efectivo.
Sin embargo, y sin saber muy bien como llega a esa conclusión, el estudio insiste en que «»la modalidad de pago aplazado con intereses va adquiriendo más peso en nuestro país». Una afirmación que no viene realmente avalada por los datos presentados.
Es una gran noticia, por otro lado, que los ciudadanos estén tomando conciencia sobre el funcionamiento de las tarjetas de crédito y el peligro que acarrea su uso indiscriminado, provocando posteriores sorpresas financieras a la hora de tener que pagar las facturas.
El desarrollo de las tarjetas vendrá, sin duda, de la mano de la recuperación económica. Una vez que la estabilidad vuelva a ser la norma y que las personas no sigan temiendo por sus empleos, si los tienen, o luchando por conseguir uno, si no lo tienen, el uso de tarjetas volverá a crecer por su inestimable comodidad.
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