Los préstamos, de todo tipo, tanto personales como hipotecarios, seguirán sufriendo una gran sequía en el corto plazo, según el departamento de comunicación de Banesto que ha certificado que la gravedad de la situación provoca un escenario de dificultades tanto para las entidades financieras como para los particulares.
A ello se añade los datos de morosidad que se han conocido esta misma semana, los cuáles ponen en un brete a las entidades financieras, que, aunque con intereses evidentes en conceder más préstamos que puedan generar un volumen de negocio importante y obtener beneficios de manera directa, se ven en la obligación de reducir los préstamos concedidos.
Y es que no podemos olvidar que el negocio de las entidades financieras pasa, explícitamente por recibir el dinero de unos clientes, vía depósitos bancarios, para conceder créditos a otros, vía préstamos, de lo que obtienen una rentabilidad y unas comisiones que les permiten obtener su beneficio.
Por tanto, a pesar de que haya voces achacando a la banca su incapacidad para conceder nuevos préstamos, lo cierto es que si no lo hacen no es porque no quieran, sino porque necesitan finalizar su proceso de reestructuración de una manera positiva.
Eso sí, y tal como se ha denunciado desde los sectores más reivindicativos de la sociedad, es ciertamente debatible el hecho de que las propias entidades que reciben dinero público a través del FROB, después no pongan a disposición de sus clientes (que en el fondo son los que le pagan la ayuda pública) en forma de préstamos.
Y el mayor problema pasa por la falta de dinamismo económico que esta situación genera, ya que sin que las familias puedan acometer situaciones de gran consumo ni las empresas proyectos de inversión en el medio plazo provoca un colapso económico que impide el desarrollo de España como país y la posterior salida de la crisis.
Desde el punto de vista del departamento de comunicación de Banesto toda esta situación sólo revertirá cuando las tasas de desempleo se recuperen de manera sólida, estable y sostenible, permitiendo que todos los agentes involucrados en el juego económico obtengan sus beneficios.
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