Como buen último día del año, hoy, 31 de diciembre de 2010, es momento para lanzar buenos propósitos a los cuatro vientos, para plantearse el presente y el futuro, lo que ha pasado y lo que está por pasar, lo que hemos vivido y lo que nos tocará vivir, analizar como se moverá el sector financiero en el 2011, saber que pasará con los préstamos en el año que nos llega.
Las perspectivas económicas no son nada optimistas y todo apunta a que, como mucho, terminaremos el año 2011 en la lanzadera de la recuperación económica para el año 2012, lo cuál evidentemente afectará a todos los sectores de la economía en general, y al de los préstamos, en particular.
Por el lado de la oferta, los bancos y cajas seguirán con su política de préstamo cero, exigiendo condiciones muy estrictas para conceder sus préstamos, sabedores de que las tasas de morosidad están por las nubes y que no pueden permitirse ningún riesgo que pueda llevarles a problemas.
En cuanto al lado de la demanda, los ciudadanos seguirán sin plantearse planes en el medio o largo plazo debido a la inestabilidad del mercado laboral, por lo que no parece que vayan a tirar demasiado de los préstamos. Y es que los que tienen empleo temen perderlo, y los que no lo tienen temen que no lo conseguirán.
Se plantea, por tanto, un año 2011 complicado para los préstamos, un año en el que habrá pocos y muy caros, aunque parece que la mejoría debería de ir en un tono alcista, es decir, empezar estos primeros meses, tal vez los dos primeros trimestres, de una manera dubitativa, para luego ir incrementando la mejoría hasta terminar el año en buena forma.
De todas formas, estamos hablando de perspectivas, y previsiones, las cuáles ya se han mostrado erróneas en demasiadas ocasiones como para fiarnos de ellas al 100%. Se trata tan sólo de una visión del año que se nos viene encima, en el que no estaremos peor que hemos estado, porque no se puede.
Un año 2011 que debería servirnos a todos para recordar que vivimos por encima de nuestras posibilidades durante demasiado tiempo y ahora lo estamos pagando.
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