Todos tenemos claro que en el mundo globalizado de hoy en día, en el que la competencia laboral es feroz, no cabe otra que complementar la formación con estudios superiores, y si son en el extranjero mejor que mejor. Pero también tenemos claro que nos sencillo encontrar el dinero suficiente para sufragar estos gastos, y en demasiadas ocasiones hay que desistir en el intento en favor de una remuneración económica.
Sin embargo, el sistema financiero ofrece una alternativa como son los préstamos de estudios, que no son más que préstamos concedidos sin aval y casi sin comisiones, en muchos casos ninguna, con el objetivo de sufragar los estudios de los clientes, con lo que todos ganan.
La principal ventaja de estos préstamos es que ofrecen períodos de carencia total, es decir, períodos en los que no hay que abonar ninguna cuota. La idea es que el banco te deja el dinero para que te formes y luego se lo devuelves cuando ya estés formado. ¿Qué gana el banco?
A la hora de conceder estos préstamos el banco obliga a una serie de vinculaciones que son su verdadera ganancia, más allá de los intereses que acabe ganando cuando el cliente comience a amortizar el préstamo. Además, si el cliente se ha formado adecuadamente, con estudios de postgrado incluidos, sus emolumentos salariales serán superiores a la media, con lo que el banco se garantiza un cliente con buenos ingresos.
La entidad que más carencia ofrece hoy en día es Caja Duero, que otorga estos préstamos con una carencia de hasta 6 años, tiempo suficiente para cursar los estudios que se deseen.
Los préstamos de estudios son una copia de los que se vienen ofreciendo en Estados Unidos desde hace muchos años, porque allí sí están convencidos de que una buena formación es sinónimo de ingresos elevados. En España todavía tenemos que hacer una pequeña transición para poder llegar a una correlación perfecta.
Pero todo apunta a que las entidades financieras, como con todo, son las primeras en darse cuenta de los movimientos de la sociedad.
Deja una respuesta